Las exploraciones, según datos del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), se llevarán a cabo a 4 mil metros de profundidad. Allí es donde la poderosa corrientes de Malvinas, que es un flujo que se desprende de la corriente circumpolar Antártica, choca contra la “pared” de la plataforma continental, trayendo a la superficie los nutrientes que son la base de la cadena trófica de todo el mar argentino.