Argentina tiene soberanía sobre un litoral marítimo muy extenso que tiene características especiales. Por un lado, tiene una plataforma enorme, con profundidad relativamente baja. Y un borde, o talud, muy pronunciado, donde la acción de las corrientes permite emerger los nutrientes del fondo marino, una auténtica “fábrica” de alimentos.
Constituye uno de los bancos de pesca más ricos del planeta, como consecuencia de las particulares condiciones físico-climáticas que dan lugar al desarrollo de la vida marina en la región, conformando una “Pampa Azul”.
Son zonas del mar altamente productivas en términos biológicos, donde, por diversos fenómenos físicos, las aguas profundas del mar, ricas en nutrientes, emergen a la superficie alcanzando la luz solar y haciendo posible el desarrollo del fitoplancton, primer eslabón de la cadena trófica en el océano.
“El talud es como la pampa húmeda en serio, constante, sin sequías. Es el espacio del mar argentino que fertiliza el resto del mar argentino. Es un frente productivo, por lo tanto, de allí surgen los nutrientes del fondo del mar a la superficie y por lo tanto, se fertiliza el resto al dispersarse. Aquí hay un sistema importante, un vergel”, explica Claudio Campagna, director del Sea and Sky Project de la Wildlife Conservation Society (WSC).
La presencia de fitoplancton da cuenta de la alta productividad biológica del Mar Argentino. Para que estos organismos se desarrollen, es preciso que los nutrientes del fondo marino emerjan a la superficie, alcanzando la luz solar y haciendo posible la fotosíntesis.
Estos procesos tienen lugar por el encuentro de masas de agua con características hidrológicas distintas, generado por la acción de las mareas, las descargas de los ríos, o las corrientes marinas. En el caso del talud continental, la corriente fría de Malvinas que bordea la plataforma subacuática, se encuentra con las aguas más cálidas del Mar Argentino, formando un frente marino.
“El fitoplancton es el principal productor primario en el océano. Se trata de organismos unicelulares, también conocidos como microalgas, que tienen cloroplastos, como tienen las plantas en tierra, y realizan fotosíntesis, captando dióxido de carbono, y produciendo, además, azúcares y materia orgánica, que dan inicio a las redes tróficas en el mar. Ahora bien, en el mismo proceso de fotosíntesis liberan oxígeno. Se estima que casi el 50 por ciento del oxígeno producido en la Tierra se debe a procesos del fitoplancton”, explica el biólogo Federico Ibarbalz, becario posdoctoral del CONICET en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA, UBA-CONICET)
Hoy esta área se ve amenazada por la exploración offshore. El 30 de diciembre de 2021 el gobierno argentino autorizó a la empresa noruega Equinor a realizar la exploración del subsuelo marítimo frente a las costas bonaerenses. La prospección sísmica genera intensas explosiones acústicas bajo el agua que pueden ser registradas a miles de kilómetros de distancia. La introducción de ruido en el mar puede afectar las funciones biológicas esenciales de mamíferos marinos, tortugas, peces y aves.
Diego Taboada, Presidente Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) y VicePresidente de Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Areas de Influencia, afirma que los bloques concesionados a Equinor, que trabajará conjuntamente con YPF y Shell, “se superponen con zonas muy relevantes para las ballenas francas durante toda su época de alimentación, que es en primavera y en verano. Los recorridos destacan que las ballenas hacen un uso intensivo de esas áreas de interés”.
Los efectos potenciales de la prospección sísmica sobre la fauna marina son diversos e incluyen desde lesiones graves hasta la muerte, efectos físicos y/o fisiológicos, deterioro de la audición, enmascaramiento, y cambios del comportamiento.
Por otra parte, el talud austral representa un sector de uso intenso de varias especies de pingüinos, en particular, del pingüino de penacho amarillo, que se alimenta en primavera e invierno en un sector de los adjudicados para la exploración petrolera, explica el informe “Riesgos e impactos de la prospección sísmica en el Mar Argentino” realizado por el Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia.
La exploración sísmica, que consiste en disparos de aire comprimido en el mar, las 24hs del día durante meses para localizar petróleo en el fondo marino genera un verdadero bombardeo acústico que repercute en estas aves buceadoras como los pingüinos tanto social como fisiológicamente, desplazándolos de sus zonas de alimentación y de sus hábitats naturales.
Las exploraciones, según datos del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), se llevarán a cabo a 4 mil metros de profundidad. Allí es donde la poderosa corrientes de Malvinas, que es un flujo que se desprende de la corriente circumpolar Antártica, choca contra la “pared” de la plataforma continental, trayendo a la superficie los nutrientes que son la base de la cadena trófica de todo el mar argentino.
Arruinar el talud, implica arruinar todo el océano ya que el talud es lo que lo fertiliza. La tierra es un gran organismo viviente. Nada es prescindible. Todo tiene que ver con todo. Aquí, en tierra firme, también estamos ligados a los tesoros en el mar. Sin talud no hay vida en el mar. Por eso necesitamos un mar sin petroleras.